La halitosis se define como el conjunto de olores desagradables procedente del aliento de una persona, ya sea de forma ocasional o permanente. El mal aliento es un problema bastante común entre la población, aunque muchas personas que lo padecen no son conscientes de ello debido a la adaptación de su sentido del olfato.
En la mayoría de los casos, la halitosis se origina en la propia cavidad bucal. El origen del mal olor se debe a principalmente a la acción de las bacterias localizadas en el dorso de la lengua y en el surco gingival (espacio que queda entre el diente y la encía) que descomponen restos de comida y desechos que quedan retenidos en la boca.
El mal aliento es un problema desagradable y molesto que puede ser síntoma de enfermedades bucodentales como la caries o la gingivitis y periodontitis. Por ello, es importante no dejarlo pasar y acudir a la Clínica Dental para determinar el origen de la halitosis y poder buscar soluciones.
El mal aliento también puede ser originado por el consumo de determinados alimentos o bebidas o por hábitos como el tabaquismo. Aunque, como hemos mencionado anteriormente, la halitosis suele ser un síntoma de enfermedades odontológicas, también puede tratarse de una manifestación de trastornos del sistema digestivo, del tracto respiratorio y de determinadas enfermedades hepáticas o renales.
Pautas para combatir el mal aliento
Una correcta higiene bucodental
Una de las causas más frecuentes de la halitosis es una mala higiene. Así que para evitar el mal aliento es fundamental tener una buena higiene bucodental que incluya el correcto cepillado de dientes después de cada comida, el uso de la seda dental y la limpieza regular de la lengua. Como hemos comentado anteriormente las bacterias y la acumulación de restos de comida en la lengua pueden ser el origen del mal aliento.
Cambiar el cepillo dental como mínimo cada tres meses
Con el uso y el paso del tiempo los filamentos del cepillo de dientes se van deteriorando y no son tan eficaces en la limpieza dental. Por otro lado, los cepillos de dientes son un medio idóneo para el crecimiento de bacterias, por lo que es importante cambiarlo cada cierto tiempo.
Alimentación
Los alimentos que tomamos también pueden influir en nuestro aliento. Entre los más conocidos se encuentran el ajo y la cebolla, pero la leche y los productos lácteos como el queso y los alimentos ricos en grasas también pueden provocar halitosis. El perejil, la canela, el limón o la lima, una infusión de menta o té verde son alimentos que ayudan a tener un aliento fresco.
Beber suficiente agua
La boca seca y la falta de saliva también pueden provocar mal aliento.
Evitar el tabaco
Hay miles de motivos para dejar de fumar y el olor del aliento es uno de ellos.
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